viernes, 23 de marzo de 2012

Historia de las brujas (Parte IV)




Los nórdicos eran muy supersticiosos y respondieron violentamente al ver las procesiones de monjes cantando oraciones y llevando la cruz de Cristo, por creerles brujos echándoles maldiciones. Así que atacaron a los monjes que ellos creían brujos y destruyeron las ciudades en los que los habían encontrado. Pero el cristianismo logró imponerse también en estos lugares y, hoy en día podemos contemplar, sobretodo en las cruces de piedra que se erigen en los patios de las iglesias británicas, en las que los dioses paganos aparecen junto a los santos cristianos.

A medida que la guerra, las plagas y los enfrentamientos religiosos asolaban la mayor parte del mundo, la gente común seguía con sus quehaceres en el campo, cuidando al ganado y asegurándose, como buenamente podían, su sustento diario, subyugados a un amo feudal y atentos siempre a la llamada de los monjes para preparar el terreno a la hora de construir otro nuevo edificio religioso. Y, aunque su fe los mantenía ligados a la Iglesia, cada poblado tenía su curandera, que lo sabía todo de las hierbas para protegerles de cualquier enfermedad, su "susurrador de caballos" que era muy útil a la hora de curar caballos tan sólo recitándole encantamientos mágicos a la oreja, y no podían faltar un festival por cada estación del año del campesino.

En esta época el año acababa en toda Europa el 1 de Noviembre, día de Todos los Santos( día sagrado instituido el año 993 por el Abad de Cluny). Este día se ofrecían oraciones para aliviar el sufrimiento de las almas del Purgatorio. En Navidad se celebraba una gran fiesta religiosa seguida de ceremonias de fuego con las que se animaba al Sol a regresar .En la fiesta dela Purificación se celebraban las primeras nevadas, en Pascua se regalaban huevos (símbolo de la vida). En la víspera de San Juan (solsticio de verano) saltaban sobre las fogatas cogidos de la mano. El ciclo del año se completaba con los festivales de la fruta, a principios de septiembre llegando nuevamente a la celebración de Todos los Santos. Todas estas celebraciones han llegado hasta nuestros días sin apenas ningún cambio, algunas religiosas , otras paganas, pero todas forman parte de nuestra vida cotidiana y ya ni siquiera nos preguntamos de donde vienen, simplemente las disfrutamos. 

Pero por aquella época el disfrute se ve que estaba algo reñido con la religión, así que en el año 959 el rey Edgar proclamó : 

" Cada sacerdote debe promocionar con gran celo el cristianismo, y buscar la extinción total de toda práctica pagana; de modo que han de prohibirse los actos celebrados en las fuentes y pozos, la necromancia, la adivinación y los encantamientos".
Según esto se creía que había grupos que se mantenían apartados y celebraban ritos secretos. Sus danzas no podían ser toleradas por la Iglesia y se les consideraba brujos.

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